Para el último blog del curso voy a hablar sobre
un tema que leí en el periódico que me pareció interesante.
La noticia decía lo siguiente: Todo niño nacido en
territorio de Estados Unidos, independientemente del origen o condición legal
de sus padres, tiene derecho a la nacionalidad estadounidense. Para algunos, un
hecho lógico. Para otros, un error. Pero, ¿cómo es en otras partes del mundo?
El hecho de que me haya llamado la atención este
texto es que en algunos países basta con haber nacido en ese país para ser
considerado un ciudadano de ese país y con todos los derechos y obligaciones
que esta situación conlleva, por el contrario, en otros países tienes que ser
“ciudadano de sangre” esto quiere decir que tu ascendencia tiene que haber
nacido en ese país para disponer de todos los privilegios.
Hay varias cosas que no me gustan sobre el hecho
de no poder ser ciudadano de un país sin que tus padres también lo sean. Uno de
ellos es que ser ciudadano de un país lleva consigo más cosas que el lugar de
nacimiento, una lengua, unas tradiciones, una cultura... que debes compartir
con el resto de ciudadanos de ese país (O al menos desde el punto de vista
nacionalista) entonces, si un niño que nació en tu país, que creció y aprendió
junto a ti, independientemente de la nacionalidad de sus padres ¿No lo hace ya
pertenecer a tu misma comunidad? Pues al parecer en algunos países no, y de una
manera parecida a la que tenía el fascismo rechaza la mezcla de razas es sus
ciudadanos.
Otro punto que hay que tener en presente a la
hora de respetar y compartir esa ley es ,que todos nosotros venimos de
extranjeros, aunque dependiendo de cada familia esto pudo suceder en diferentes
generaciones. Eso quiere decir que ninguno de nosotros es 100% puro de su país,
ya que a lo largo de la historia de todos los países ha habido guerras y
sucesos que han mezclado las diferentes razas y culturas.
Mi punto de vista sobre este tema es que
deberíamos ser considerados ciudadanos de un país no por el lugar de nacimiento
o por la nacionalidad de los padres, sino por el grado de integración y
relación que tengamos con ese país.
Todos somos ciudadanos del mundo
Bien
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